Tras el coito vaginal y el sexo oral, los hombres lo tienen claro. Aunque a veces no lo digan en voz alta, están dispuestos (y deseosos) a practicar el sexo anal con una mujer. ¡Alegría! O bueno, igual no. Pero antes de comenzar a indagar en esta cuestión, como fémina que soy, reconozco que me he encontrado con muchos chicos a lo largo de mi vida que han querido visitar la puerta trasera de mi anatomía. Por decirlo finamente.
Y si un día probamos a hacerlo por detrás?», me dijo Mr. Back Door, al que llamaré así para preservar su intimidad. Mi cara, la verdad, es que fue un auténtico poema. Lo cierto es que nunca me había planteado esa posibilidad y el miedo y el desconocimiento me hicieron responder con otra pregunta: «¿Pero por qué a todos los tíos os da siempre por lo mismo?».
Pues no sé», me dijo él, pero defendió su postura nunca mejor dicho: «Supongo que me da mucho morbo porque es algo como prohibido». ¡Bingo! He de decir que Mr. Back Door lo clavó.